Catálogo Digital

El Correo de la UNESCO

Material type: Continuing resourceContinuing resourceAnalytics: Show analyticsPublisher: Francia : Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura., Description: 50 págsDDC classification: N. 1 ene. 1999 Online resources: Click here to access online In: El Correo de la UNESCOSummary: “Una sociedad para todas las edades”, tal es el lema del Año Internacional de las Personas de Edad. Al lanzarlo el 1º de enero de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas desea hacer hincapié en la magnitud de la “revolución de la longevidad” y en la inmensa importancia de los desafíos que supone. El “boom de los abuelitos” — pero, sobre todo, de las “abuelitas”, puesto que las mujeres viven por término medio bastante más que los hombres— se ha convertido en un fenómeno casi universal. En el mundo, en términos absolutos, el número de personas de 65 años y más se habrá multiplicado aproximadamente por cuatro entre 1955 y 2025, y su proporción frente a la población total va a duplicarse (5,3% en 1965, 10% en 2025). En los países desarrollados, donde los ancianos representarán uno de cada cinco habitantes en 2025, las políticas tradicionales para la tercera edad pierden toda eficacia: el derecho a anticipar la edad de la jubilación y los sistemas públicos de financiamiento de las pensiones —dos grandes conquistas sociales— se cuestionan cada vez más. El problema es aún más grave en los países en desarrollo, donde dentro de 25 años vivirán las tres cuartas partes de las personas de edad. El Estado no responde, la solidaridad familiar se derrumba, la ayuda mutua sigue siendo insignificante. Sin embargo, no se vislumbra ningún movimiento para combatir esta bomba demográfica . El riesgo más grave es que se erige una suerte de apartheid entre las personas de edad y los activos, para los cuales aquéllas pasan a ser, además, una carga económica. Pero no podrá condenarse a la tercera edad a depender de un régimen de asistencia inevitablemente precario. Debe ser capaz de ofrecer su disponibilidad, su experiencia, todos sus talentos y sentimientos como contrapartida de la solidaridad a la que tiene derecho a aspirar. Sólo gracias a esta reciprocidad podrán las sociedades conservar o recuperar su unidad a pesar de su envejecimiento general. Tomado de: https://es.unesco.org/courier/enero-1999
Tags from this library: No tags from this library for this title. Log in to add tags.
    Average rating: 0.0 (0 votes)
Item type Current location Collection Call number Status Date due Barcode Item holds
Revistas Revistas Biblioteca Bachillerato
Hemeroteca
Colección Hemeroteca N. 1 ene. 1999 (Browse shelf) Available 91208B
Total holds: 0

“Una sociedad para todas las edades”, tal es el lema del Año Internacional de las Personas de Edad. Al lanzarlo el 1º de enero de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas desea hacer hincapié en la magnitud de la “revolución de la longevidad” y en la inmensa importancia de los desafíos que supone. El “boom de los abuelitos” — pero, sobre todo, de las “abuelitas”, puesto que las mujeres viven por término medio bastante más que los hombres— se ha convertido en un fenómeno casi universal. En el mundo, en términos absolutos, el número de personas de 65 años y más se habrá multiplicado aproximadamente por cuatro entre 1955 y 2025, y su proporción frente a la población total va a duplicarse (5,3% en 1965, 10% en 2025).

En los países desarrollados, donde los ancianos representarán uno de cada cinco habitantes en 2025, las políticas tradicionales para la tercera edad pierden toda eficacia: el derecho a anticipar la edad de la jubilación y los sistemas públicos de financiamiento de las pensiones —dos grandes conquistas sociales— se cuestionan cada vez más. El problema es aún más grave en los países en desarrollo, donde dentro de 25 años vivirán las tres cuartas partes de las personas de edad. El Estado no responde, la solidaridad familiar se derrumba, la ayuda mutua sigue siendo insignificante. Sin embargo, no se vislumbra ningún movimiento para combatir esta bomba demográfica .

El riesgo más grave es que se erige una suerte de apartheid entre las personas de edad y los activos, para los cuales aquéllas pasan a ser, además, una carga económica. Pero no podrá condenarse a la tercera edad a depender de un régimen de asistencia inevitablemente precario. Debe ser capaz de ofrecer su disponibilidad, su experiencia, todos sus talentos y sentimientos como contrapartida de la solidaridad a la que tiene derecho a aspirar. Sólo gracias a esta reciprocidad podrán las sociedades conservar o recuperar su unidad a pesar de su envejecimiento general.

Tomado de: https://es.unesco.org/courier/enero-1999

There are no comments on this title.

to post a comment.

Click on an image to view it in the image viewer